Archivo de la categoría: Antología de poesía sueca de vanguardia

Henry Parland: «La revolución de las cosas» (1928)

Esta es mi traducción del manifiesto de Henry Parland (1908-1930) «Sakernas Uppror» («La revolución de las cosas»), publicado en la revista Quosego en 1928:

Escribir sobre la revolución es algo gratificante. Siempre ha habido revoluciones, y siempre las habrá. Sin embargo, es curioso que casi todos los autores e historiadores han hablado de las revoluciones como de una preocupación humana. Que los entes sin vida «se levanten contra el orden establecido» – tengo que expresarme de esta manera porque no puedo pensar de otra – es algo que muy pocos han imaginado.
En nuestra época el pensamiento sigue girando en torno a lo humano, sólo en torno a los seres humanos los seres humanos los seres humanos. Como un gato que da vueltas sigilosamente en torno a un plato de sopa, nuestros pensamientos se centran en el ser humano; se relamen pensando en lo bien que saben algunas almas humanas en sus fauces hambrientas. Acaso puede extrañarnos que estén ciegos ante la revolución de las cosas, la protesta de las cosas «contra la ridícula actitud humanista que asumimos por primera vez hace un par de miles de años y en la que llevamos durmiendo desde entonces. Sigue leyendo

Rebaja de ideales (1929) de Henry Parland

Henry Parland (1908-1930) fue un poeta de vanguardia en lengua sueca de orientación cosmopolita («Vaya donde vaya, siempre me siento extranjero», escribe en una carta a un amigo).

Nacido en Viipuri (Rusia) escribió en sueco, a pesar de que nunca pisó Suecia. Cuando tenía 5 años, su familia se trasladó a Finlandia, donde sufrió la hostilidad de los otros niños, debido al conflicto ruso-finlandés. Por este motivo, su familia decidió matricularlo en una escuela de la minoría sueco-finlandesa.

Su vida está ligada a la comunidad sueca en Finlandia, en cuyo movimiento literario moderno entra de la mano de Gunnar Björling, con quien llevó a cabo escandalosos proyectos dadá.

Para separarlo del gay Björling, su familia lo envió con su tío Wilhelm Sesseman, catedrático de Filosofía en Kaunas (Lituania). Parland aprovechó su estancia en Lituania para empaparse del formalismo ruso.

Sin embargo, al poco murió de escarlatina, a la edad de 22 años.

Su poesía mezcla las influencias cultas (cubo-futurismo ruso, dada alemán) con la cultura popular (Chaplin o el jazz). Solo publicó un libro: Idealrealisationen («Ideales de rebajas», Helsingfors Söderström & C:o Förlagegsaktiebolag, 1929), que fue recibido con gran hostilidad.

Colaboró en la revista Quosego y en la prensa lituana con artículos de cine y literatura. En 1964 se publicaron sus poemas completos Hamlet sade det vackrare (Hamlet lo dijo más bonito).

Modern lyrik. En antologi (1931) de Erik Asklund

Lo primero que llama la atención en Poesía moderna. Una antología (Estocolmo, Bonniers, 1931), de Erik Asklund, es la cubierta, obra de Föerster. Una cubierta en magenta y negro, con tipografía moderna y una viñeta en la que un águila geometrizada resurge y, como un moderno aeroplano, se eleva sobre el disco solar.

Mi ejemplar tiene además una sobria encuadernación en tela gris, con la viñeta incisa en oro y negro, muy apropiada, quizá encargo de quien adquirió el volumen, firmado por Ingrid Eklundh. 28.6.1931. Podría tratarse de un regalo de cumpleaños, ya que Ingrid Eklundh había nacido en Lund (Escania) el 28 de junio de 1910, si bien es más conocida por su nombre artístico: Ingrid Luterkort (1910-2011), actriz que acaba de morir hace un mes, y de cuya biblioteca parece que empiezan a naufragar los volúmenes.

La antología recoge poemas de 30 autores, nacidos casi todos entre 1897-1908. Asklund había ya editado en 1929 la famosa antología de los 5 Unga: Harry Martinson, Erik Asklund, Josef Kjellgren, Artur Lundkvist, Gustav Sandgren.

PROLOGO DE ERIK ASKLUND

Parece que las antologías, tal y como han surgido en las últimas décadas, se hubieran visto obligadas a proporcionar una visión global de escritores y poetas con una producción prácticamente terminada. Las antologías, me parece a mí, deberían hacer todo lo contrario. Es decir, se trata de reunir y presentar al público una selección representativa de lo que viene, de lo que todavía permanece desconocido, de lo que están haciendo los poetas jóvenes. Esto era lo que tenía en mente cuando se me ocurrió empezar a recopilar esta antología.

En cuanto a la selección se refiere, no me ha sido posible, como es natural, llegar a todos los que han escrito eso que llamamos «Poesía moderna»; se trata de un título vago, aceptable a falta de otro mejor y más auténtico. Tampoco he sido capaz de publicar todo lo que quería, debido a cuestiones legales, de modo que la amplitud de la obra se ha visto reducida.

Una de las novedades de esta antología es la inclusión por primera vez de poetas finlandeses modernistas que escriben en sueco: Gunnar Björling, Diktonius, Rabbe Enckell, Barbro Mörne, Henry Parland, Edith Södergran y Kerstin Söderholm. Una decisión perfectamente justificada en vista de lo limitado de su audiencia, así como de las dificultades con las que han tenido que luchar.

Por supuesto, mi apreciación personal de los poemas ha sido determinante en la selección, pero los propios autores han participado en ella, y en los casos en que han sido posibles sus correcciones y modificaciones, se puede decir que la responsabilidad no es totalmente mía.

La angustia es mi herencia – sve

Algunos de los primeros poemas de Pär Lagerkvist (Växjö, Småland, 23 de mayo de 1891 – Estocolmo, 11 de julio de 1974)) se recogen en Ångest (Angustia, Estocolmo, Bonniers, 1916), una angustia que viene del miedo a la muerte y de crisis personales. Estos poemas están escritos en Dinamarca, donde se estaba desarrollando cierta escuela expresionista, en contacto con los círculos berlineses, durante la Gran Guerra. Lagerkvist explora la posibilidad de encontrar una vida significativa en un mundo en guerra, en el que cada día pueden morir seres humanos por miles.

LA ANGUSTIA, LA ANGUSTIA ES MI HERENCIA

La angustia, la angustia es mi herencia,
la herida en la garganta,
el grito de mi corazón en el mundo.
Ahora se congela la nube algodonosa
en la mano áspera de la noche,
ahora los bosques se levantan
y las alturas rígidas
tan esterilmente hacia la menguada
bóveda del cielo.
¡Es todo tan duro,
tan rígido, negro y silencioso!

Busco a tientas en esta oscura estancia,
siento el agudo filo del acantilado en los dedos,
hago que sangren mis manos extendidas
contra los helados andrajos de las nubes.

Ah, me arrancaría las uñas de los dedos,
me haría trizas las manos ulceradas, llagadas
contra montañas, y contra oscuros bosques,
contra el negro hierro del cielo
y contra la tierra fría.

La angustia, la angustia es mi herencia,
la herida en la garganta,
el grito de mi corazón en el mundo.