A veces pasan cosas raras. A mí el danés no me gusta mucho, y lo abordo con dificultad. Sin embargo, reconozco que la poesía danesa tiene una tradición importante, desde el expresionismo hasta ahora. De modo que suelo leer la poesía danesa en sueco.
Es lo que he hecho con el último poemario de Søren Ulrik Thomsen (n. 1956): Skadad spegel («Rystet spejl» en el original danés; «Espejo roto» en español).
Espejo roto (2011) consta de 42 poemas sobre la muerte y la memoria, sobre el tiempo y las rosas negras que florecen en la nieve, sobre bicicletas y gatos por las calles de Copenhague, sobre mirar aviones a la puerta de casa o ver reflejado el propio rostro en la ventanilla del tren, sobre parques de atracciones y ascensores oxidados…
En este poema el poeta ve su rostro reflejado en la ventanilla de un tren que avanza en la oscuridad. Esa doble presencia es una doble soledad llena de desesperación, con el único consuelo del aburrimiento. La traducción -como es natural- es absolutamente un primer borrador:
El tren deja atrás las últimas casas.
A través de mi rostro, reflejado en la ventanilla,
veo caer la tarde sobre los campos
y recuerdo la acuciante oscuridad
de aquel invierno de 1971 en Stevns 1
cuando el viento arrancó un solitario cartel de la Esso
y una bolsa de plástico rodaba
por la desolado eternidad de la calle Algade 2.
Y aunque ahora ya soy otro
soy el mismo que se sentaba a soñar
con cajitas chinas de música.Y tú, que te sientas enfrente en el tren,
que te has metido en este poema
y justo ahora levantas la mirada
y, a través de tu rostro, reflejado en la ventanilla,
buscas en la propia oscuridad de tus recuerdos
donde brilla el sonido plateado de una guitarra
y una vieja cosechadora conmueve extrañamente,
en forma de tronco, enhiesta y oxidada,
tú eres también otro de esos
que escriben poemas,
y que con «yo» y quieren decir mí. Y ti.
Sí, soy otra de esas que vivieron escribiendo poemas. Viajé en tren hace años,estaba pequeña y vi pasar los campos, las aves y las flores, cultivos dorados e inmensos de trigo y el viento mecer las planta de maíz. Vi caer la tarde sobre los campos. Me he metido en tu poema y llevo tu país en mis sueños. Un saludo para ti poeta cercano y lejano Señor Ulrik Thomsen.